viernes, 18 de enero de 2008

Niña medicada contra el sida da a luz a una bebé sana


12:38 p.m. - SAO PAULO, Brasil (EFE).- La joven Luciane Conceicao, de veinte años y quien hace doce se convirtió en la primera niña en el mundo en ser medicada contra el sida tras una ardua batalla judicial, dio a luz a una bebé normal y sin el virus, informó hoy viernes la televisión local.

A pesar de que varias madres contagiadas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) han dado a luz a bebés sanos, el caso de Conceiçao cobra importancia por haber sido el símbolo de la aplicación del tratamiento contra el sida a los niños, pues antes la ley brasileña sólo autorizaba los remedios completos en adultos.

De igual manera, el embarazo y parto de Conceiçao despertó interés nuevamente en los especialistas porque su esposo, consciente de que ella era portadora del VIH, mantuvo relaciones sexuales para que ella concibiera y no fue infectado.

"Es una victoria (nombre dado a la hija) para mí. Ni imaginaba que sería madre algún día", señaló la joven en una entrevista con el canal TV Globo en la ciudad de Sorocaba, interior del estado de Sao Paulo.

La bebé Ana Victoria, que pesó 3.04 kilos y midió 48 gramos, tiene según los especialistas un 98% de probabilidades de no contagiarse del virus a través de desarrollo genético, aunque recibirá un tratamiento preventivo por tres meses.

Después de que Conceiçao recibiera la autorización judicial para recibir tratamiento en la red pública de salud, unos 7 mil niños brasileños ganaron también ese derecho. La madre de la joven fue contagiada durante una transfusión cuando estaba embarazada de ella y murió meses después del parto.

El error del hospital fue reconocido por la Justicia, que obligó a pagar una indemnización de 380mil reales (unos 213 mil 843 dólares) a la joven, entregada en adopción cuando cumplió un año de edad, y otra cantidad igual para los tres hijos que quedaron huérfanos. Actualmente la presencia del virus está reducida a casi cero en el organismo de la joven, quien por ello decidió intentar un embarazo.

El esposo, de 29 años, no quiso una inseminación artificial y a pesar del riesgo de contagiarse, decidió mantener relaciones sexuales sin protección. "Ella no quería por miedo que me contagiara, pero dejé todo a la voluntad de Dios y ahora somos unos padres muy felices", relató el marido, trabajador de la construcción.

Una de las más felices por el parto sin problemas de la joven fue la médica Rosane Paiva, quien acompaña el tratamiento de Conceiçao desde niña y fue la que encabezó la batalla judicial para que consiguiese las medicinas. La bebé, hija y nieta de mujeres con VIH, nació por cesárea y está siendo amamantada por otras mujeres, con el fin de evitar cualquier riesgo de contagio por parte de su madre.

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