martes, 15 de enero de 2008

Un gran paso para entender y tratar el sida

NUEVA YORK.– Con un nuevo método de análisis genético, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard identificó 273 proteínas que necesita el virus del sida para sobrevivir en las células humanas, lo que determina la existencia de nuevos blancos farmacológicos.

Según el estudio, publicado en la última edición de la revista Science, los científicos usaron interferencia de ARN –un nuevo método que “silencia” genes selectivamente para poder estudiar su función– con el objetivo de analizar miles de genes productores de proteínas. Hasta ahora se conocían sólo 36 proteínas humanas que usa el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) para ingresar en las células, sabotear su funcionamiento y comenzar a reproducirse.

“Es un estudio extraordinario –opinó el doctor Robert Gallo, codescrubridor del VIH y director del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland–. Está destinado a ser uno de los principales hallazgos científicos de la década."

El doctor Anthony Fauci, principal experto asesor gubernamental sobre sida y director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, calificó el trabajo del equipo de Harvard de "ciencia elegante", aunque pidió precaución para interpretar sus resultados.

"Queda por conocer si alguna de esas proteínas se pueden utilizar clínicamente -precisó Fauci-. Es un descubrimiento que genera nuevas hipótesis y no las resuelve. Tiene el potencial de crear una gran cantidad de trabajo, pero alguien debe recorrer cada uno de esos caminos."

El estudio dirigido por el genetista Stephen Elledge es su primer trabajo sobre el VIH. Sus investigaciones previas fueron todas sobre el cáncer; según explicó Elledge, para descifrar cómo las células reconocen la rotura de sus cromosomas. Este estudio fue un esfuerzo realizado en colaboración con otros investigadores.

"Ni siquiera puedo cultivar el VIH en mi laboratorio", aseguró Elledge, por lo que debió utilizar virus cultivados por la doctora Judy Lieberman, directora de la División de Sida de la Facultad de Medicina de Harvard y una de las coautoras.

El equipo dirigido por Elledge usó una biblioteca de miles de ARN cortos de interferencia, que son moléculas del código genético que, cuando se introducen individualmente en una célula, suprime la capacidad celular de producir una única proteína.

Luego, el equipo colocó alrededor de 21.000 muestras celulares, sin capacidad de producir una proteína, en platos individuales para cultivo en laboratorio y las infectaron con el virus del sida.

Si el VIH no se podía reproducir normalmente en un conjunto de esos platos, esto indicaba que la proteína faltante era una de las que el virus necesitaba para propagarse. De las 273 proteínas humanas identificadas, sólo se habían identificado 36 antes, mediante otros métodos de estudio genético.

Para uso propio

El VIH, que en realidad es una cadena corta de material genético dentro de una cápsula protectora, puede producir tan sólo 15 proteínas, de modo que necesita las proteínas de la persona infectada para uso propio.

La ventaja de orientar los tratamientos a las proteínas humanas, explicó el doctor Elledge, es que el VIH quizá no podría mutar para evitar la acción de los fármacos que lo bloquean. Por ahora, las cepas del virus desarrollan resistencia a los antirretrovirales, drogas que atacan las 15 proteínas que produce el VIH, como la transcriptasa y la proteasa. Las mutaciones hacen que los pacientes con sida tengan que cambiar los regímenes farmacológicos y no siempre con buenos resultados.

La desventaja es que bloquear las proteínas humanas podría ser fatal, obviamente, para los seres humanos. Pero como lo señaló el doctor Gallo, la terapia contra el cáncer funciona de esa manera: los oncólogos inhiben a las proteínas que alimentan a las células tumorales que crecen rápidamente sin matar demasiadas células sanas, que también crecen a gran velocidad, como las de la médula ósea.

Hasta ahora, indicó Elledge, se desarrolló una sola droga que ataca a una de las proteínas humanas conocidas, el receptor CCR5, cuyo uso acaba de aprobarse.

El nuevo método de estudio genético, conocido como ARN corto de interferencia o Sirna, por sus siglas en inglés, se utiliza en muchos laboratorios, de modo que esta investigación se podría haber hecho teóricamente en cualquier otro lugar, o bien con métodos más antiguos.

Para confirmar que las proteínas identificadas eran relevantes para el ciclo de vida del VIH, el equipo sometió a tres de ellas a más pruebas. Muchas de estas 273 proteínas son importantes para las células del sistema inmune, puerta de entrada del virus.

Según el doctor Abraham Brass, coautor del estudio, el método de estudio utilizado no logró identificar otras proteínas que el VIH necesita. "Pero es altamente probable que la mayoría de las que descubrimos tenga un papel clave en su propagación."

Por Donald G. McNeil Jr.
De The New York Times

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